Sisenando, el 8º gato de la corrida, cuya bravura estuvo a punto de desgraciar al gran Ortega Cano
La corrida tuvo algunos momentos dramáticos, en especial cuando Sisenando, el 8º gato del lote, propinó un severo arañazo en la cara del diestro cuando fue a ponerle el segundo par de banderillas. Sin embargo, el torero se sobrepuso al dolor y continuó la faena ante los enfervorizados aplausos de la concurrencia.
Al final, Críspulo y Wenceslao, fornidos mozos del pueblo, cargaron con Ortega Cano a hombros para darle la vuelta al ruedo, sacarle por la puesta grande y después tirarle a la acequia, de acuerdo con la tradición local.
También se celebró la ya acostumbrada manifestación de ecologistas en favor de un trato digno a los gatos, que fue disuelta a garrotazos por Zósimo, alcalde y de paso el único policía municipal del pueblo. “Si es que estos comehierbas no tienen ni puta idea de lo que es arte ni cultura ni ná”, comentó el Ilustrísimo Sr. Alcalde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario