lunes, 14 de septiembre de 2009

Máquinas tragaperras: el vicio oculto del General Franco


Imágen inédita del General Franco en la que se puede comprobar que su afición al juego es algo más que un simple rumor
El célebre historiador Roberto Calasbolas, en su última publicación “Otro libro más sobre Franco y ya van 4.000”, ha desvelado un vicio que tenía el dictador español que había permanecido oculto hasta este momento: resulta que era un gran asiduo a las máquinas tragaperras.

“Lo que nadie sabe”, comenta Roberto, “es que se acostumbraba a salir por las noches, disfrazado para pasar desapercibido -hay rumores de que una vez incluso lo hizo vestido de lagarterana-, y alternar en casinos, baretos y, en general, todo tipo de locales que tuvieran alguna tragaperras, algunos de ellos de dudosa reputación, para pasar el rato derrochando el dinero de los españoles”.

El asunto llegó a ser un problema de estado ya que, según cuenta el historiador, “gastaba mucho dinero, y de hecho, el establecimiento de las bases americanas en España en realidad fueron una tapadera para poder cubrir las deudas generadas. Llegó a estar internado hasta en 6 o 7 centros de rehabilitación, aunque poco se pudo conseguir: cada vez que se le ingresaba en uno de estos centros, el General firmaba un decreto en el que mandaba fusilar por conspiradores a todos los empleados del lugar y todo volvía a empezar”.

Aún así, no es la única sorpresa que nos reserva el libro: también se relata que el Caudillo poseía a escondidas una colección con todos los números de la revista Playboy, costumbre que tuvo que abandonar cuando fue descubierto por su mujer, Carmen Polo. El incidente estuvo en terminar con la aprobación de una ley para legalizar el divorcio en casos de dictadores con problemas conyugales, pero la mediación del embajador andorrano consiguió zanjar el asunto.

"Por supuesto que habrá polémica", concluye el autor del libro, "¿para qué cojones te crees que he escrito el libro?"

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